Libertad o la ley del embudo.

Saramago, Moncho Armendáriz, Miguel Ríos y otros especímenes plurisubvencionados, defienden la repugnante obra blasfema de Montoya, un fotógrafo de dudosíma calidad e indudable mal gusto (y mucho más subvencionado que los anteriores).

Para los millonarios firmantes de un manifiesto en favor de la "libertad de creación y expresión", los insultos a las creencias de millones son normales, excepto si se insulta al Islam. Cuando las viñetas contra Mahoma, estos señoritingos lloraron por la intolerancia de los dibujantes. Ahora lloran por la intolerancia de los que no quieren ser insultados.

Resumiendo... Si insultas al Islam, eres un malvado que no cree en la intrínseca bondad de la supuesta "Alianza de civilizaciones". Por eso es lógica la existencia de "fatwas" que piden la muerte de los blasfemos: tienen razón.

Si insultas al Cristianismo, eres un intelectual benefactor que cree en la Libertad por encima de todo, y se ve amenazado de ruedas de prensa de obispos quejumbrosos y de malvados intolerantes que no aguantan una broma.

Conclusión: Para la zurda hispánico-millonaria los insultos blasfemos son buenos, excepto contra el Islam, que hace muy bien en condenar a muerte a los que lo desprecien.

La ley del embudo, y el mercedes a la puerta... esa es su libertad.