Oídos sordos

Da la impresión de que por mucho que las víctimas del terrorismo, por mucho que se manifesten, le importan más bien poco al Gobierno.

Tanto es así que, dato curioso, la delegación del Gobierno ha pasado ya de entrar en guerra de cifras sobre la última gran manifestación de la AVT, que ocurre tan sólo dos semanas después de la concentración convocada por el Foro de Ermua. La Comunidad Autónoma de Madrid dijo que poco más de 100.000 y la señora Mestre, más de 800.000. No deja de ser una diferencia mínima.

Y es que la consigna es clara: "Si da igual, Soledad. Que vayan los que les de la gana". Y vaya si fuimos.

Desde luego la Plaza de Colón siempre que hay algo, se llena. Es muy fácil de llenar, y más cuando la causa es justa. Es la de las víctimas, así que no cabe la menor duda. Para más, esta vez han hablado víctimas del propio carnicero De Juana, aportando, si cabe, más emoción con sus palabras de lo que se puede hacer desde una institución. Así lo supo ver el Presidente de la AVT, Alcaráz, cuando renunció a leer su manifiesto, con el que de todas formas, se cerraría la manifestación.

Pero los que salimos a la calle tenemos que chocar con una realidad dura, y es que ha servido para convecernos de que no estamos solos, pero que el Gobierno pasa, si no llega a insultar a las víctimas. Lo digo por la infame mujer del señor Sopena, Margarita Sáenz, que rebaja a Toni Santiago a ciudadana de segunda, porque no cree posible que ella, que es una "madre de familia" pueda pedir la ilegalización de la marca blanca de los batasunos.

Toni Santiago para ella no es una víctima. No es una ciudadana, no. Es una "madre de familia" y por tanto tiene derecho a pedir que bajen el precio del tomate en el súper, pero no lo que estamos pidiendo a gritos todos los que apoyamos a las víctimas. Doña Margarita Sáez Es el cinismo personificado, pero no se engañen: no sólo lo piensa ella. Y mientras sean esos hipócritas los que nos gobiernen, ya podemos rezar...

Miguel Vinuesa